Papa preside la Vigilia Pascual en la basílica de San Pedro ante unas diez mil personas
Papa preside la Vigilia Pascual en la basílica de San Pedro ante unas diez mil personas
Benedicto XVI bendijo el fuego nuevo y encendió el cirio
pascual. Mañana oficiará la misa del Domingo de Resurrección en la plaza
de San Pedro.
CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Benedicto XVI presidió hoy en la basílica
de San Pedro del Vaticano la Vigilia Pascual, en cuya homilía dijo que
la "oscuridad acerca de Dios y sus valores son la verdadera amenaza para
nuestra existencia y para el mundo en general".
"Si Dios y los
valores, la diferencia entre el bien y el mal, permanecen en la
oscuridad, entonces todas las otras iluminaciones que nos dan un poder
tan increíble no son sólo progreso, sino que son también amenazas que
nos ponen en peligro, a nosotros y al mundo", afirmó el Pontífice ante
unas diez mil personas que asistieron al sugestivo y antiguo rito de la
Vigilia Pascual.
El Obispo de Roma señaló que hoy podemos
iluminar nuestras ciudades de manera tan deslumbrante que ya no pueden
verse las estrellas del cielo y que ello es la imagen del ser ilustrado,
que en las cosas materiales lo sabe todo, pero lo que va más allá, es
decir Dios, no es capaz de identificarlo.
El Papa agregó que la
oscuridad amenaza verdaderamente al hombre porque le impide que vea a
dónde va el mundo y de dónde procede, "a dónde va nuestra propia vida y
qué es el bien y qué es el mal".
En la noche en la que la Iglesia
celebra la "madre de todas las vigilias", el anciano Pontífice, de casi
85 años, se refirió a la creación y dijo que los siete días son una
imagen de un conjunto que se desarrolla en el tiempo y que están
ordenados con vistas al séptimo, "el día de la libertad de todas las
criaturas para con Dios y de las unas para con las otras".
El
Obispo de Roma aseguró que la creación está orientada a la unidad entre
Dios y el hombre, y señaló que el relato del Génesis se inicia con la
creación de la luz, mientras que el sol y la luna son creados sólo en el
cuarto día.
"Con ello (al sol y a la luna), los priva del
carácter divino, que las grandes religiones les habían atribuido. No,
ellos no son dioses en modo alguno. Son cuerpos luminosos, creados por
el Dios único, pero que están precedidos por la luz, por la cual la
gloria de Dios se refleja en la naturaleza de las criaturas", afirmó el
Papa.
Benedicto XVI señaló que la luz hace posible la vida, el
encuentro, la comunicación, el acceso a la realidad, a la verdad y el
conocimiento, y que haciendo posible éste último hace posible la
libertad y el progreso.
En su relato, el Papa destacó que el que
Dios haya creado la luz significa que creó el mundo como un espacio de
conocimiento y de verdad, espacio para el encuentro y la libertad,
espacio del bien y del amor.
"La materia prima del mundo es
buena, el ser humano es bueno en sí mismo. Y el mal no proviene del ser,
que es creado por Dios, sino que existe en virtud de la negación",
afirmó.
Benedicto XVI manifestó que con la resurrección de
Cristo, la vida es más fuerte que la muerte, el bien es más fuerte que
el mal, el amor es más fuerte que el odio, la verdad es más fuerte que
la mentira y la oscuridad se disipa.
La Vigilia Pascual o
"Lucernario" es uno de los ritos más antiguos de la liturgia y se
celebra en esta noche que San Agustín llamó "madre de todas las
vigilias", en alusión a la espera de la resurrección del Hijo de Dios.
Comenzó
en el atrio de la basílica, en medio del más hondo de los silencios,
con la bendición del fuego nuevo y el encendido del cirio pascual,
símbolo de Cristo, "Luz del Mundo".
El Papa Ratzinger realizó con
un punzón una incisión sobre el cirio pascual, grabando una cruz, la
primera y la última letra del alfabeto griego -alfa y omega-, y la cifra
del año 2012.
A la vez pronunció en latín "Cristo ayer y hoy,
principio y fin, alfa y omega. A Él pertenece el tiempo y los siglos, a
Él la gloria y el poder por los siglos de los siglos".
Después
comenzó la procesión hacia el altar mayor, en medio de una total
oscuridad en el templo, iluminado poco a poco con las velas de las miles
de personas que lo abarrotaban, que fueron encendidas una a una con la
llama procedente del Cirio Pascual.
Una vez llegado al altar
mayor se encendieron todas las luces y comenzó el canto del Exultet, o
pregón pascual, un recorrido sintético de la historia de la salvación.
Siguiendo
una tradición de la Iglesia primitiva, en la que los catecúmenos
(adultos que aspiran al bautismo) eran bautizados esta noche, el Papa,
revestido con ornamentos blancos, bautizó a ocho catecúmenos, dos de
Alemania y uno de Italia, Albania, Eslovaquia, Turkmenistan, Camerún y
Estados Unidos.
Benedicto XVI oficiará mañana en la plaza de San
Pedro la misa del Domingo de Resurrección y después leerá el Mensaje
Pascual e impartirá la bendición "Urbi et Orbi" en más de medio centenar
de idiomas.
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