Una mujer finge un cáncer terminal para casarse e ir de luna de miel al Caribe
Una boda por todo lo alto y una luna de miel en el Caribe. Estos fueron los motivos que empujaron a Jessica Vega, de 25 años de edad, a fingir que tenía un cáncer terminal. Familiares, amigos e, incluso, desconocidos movidos por la compasión donaron miles de dólares para hacer realidad el último sueño de la supuesta enferma.Según cuenta el 'Mailonline', la ambiciosa novia, de Nueva York, engañó incluso al novio, Michael O'Connell, al que dijo que padecía leucemia y que le quedaba menos de un año de vida. La pareja celebró su boda el 2 de mayo de 2010 con 60 familiares y amigos que habían puesto el dinero para el enlace.
A las donaciones económicas se sumaron muchos desconocidos que habían leído la 'triste' historia de Jessica en el diario local 'Times Herald-Record', al que ella había mostrado un informe médico falso. El resultado fueron muchos regalos y miles de dólares: Vega recibió desde el vestido de novia hasta un viaje de dos semanas en Aruba.
Cuatro meses más tarde, el propio marido reveló que su mujer había fingido la enfermedad, no sólo para obtener dinero sino también para casarse con él, ya que tenían una hija de un año juntos. Jessica le había mostrado el mismo informe médico falsificado en el que su médico explicaba el tipo de leucemia que padecía.
Cómo se descubrió el pastel
Sin embargo, pocas semanas después de volver de la luna de miel a O'Connell le resultó extraño el buen estado en el que se encontraba su mujer. Llamó al centro médico que aparecía en el informe y descubrió que allí nunca habían tratado a ninguna paciente con ese nombre. O'Connel se enfadó y se divorciaron. Pero no le duró mucho y actualmente vuelven a estar juntos y han tenido un segundo hijo.Pero no todo se iba a solucionar de la misma forma que su matrimonio. La semana pasada, Jessica Vega fue detenida y permanece en una cárcel de Nueva York. Ella se ha declarado no culpable de los cinco cargos de robo y uno de fraude que pesan sobre ella, y por los que podría enfrentarse a cuatro años de cárcel. La fianza ha sido fijada en 10.000 dólares.
El marido de Vega, que aportó muchas de las pruebas que han permitido desarrollar la investigación, ahora considera que su pareja debería pagar a los estafados y recibir atención por sus problemas de salud mental, pero no ir a la cárcel. Por lo menos, de momento, no están pensando en una segunda boda.
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