Gusanos, moscas, tortugas, monos, loros... en la selva se come de todo
"Mmmmmm, sabe a pollo...", solemos decir cuando probamos algún alimento nuevo al que estamos poco acostumbrados. La serpiente, el avestruz, el canguro, el cocodrilo o la tortuga forman parte de la dieta de animales que los habitantes de occidente no suelen comer, aunque están cada vez más de moda. Existen, sin embargo, alimentos más 'raros', como las larvas de escarabajo o de mosca, las hormigas, el cerebro de mono, los loros o los roedores gigantes, todos típicos del oriente ecuatoriano, muchos en peligro de extinción.
Al otro lado de Los Andes, donde la selva amazónica se topa con la
segunda barrera montañosa más grande del planeta, se encuentra Tena, la
capital de la provincia del Napo (Ecuador). A las afueras de esta
tranquila ciudad tropical se halla el mercado gastronómico de Archidona,
donde el turista puede disfrutar de los platos tradicionales de la selva.
Entre los puestos de alimentos, con su tejado de hoja de palmera, hay unas curiosas cajitas llenas de unos gusanos grandes blancos, del tamaño de un dedo. Son los chontacuros, mallón, o gusano de chonta, uno de los alimentos más característicos de la selva. Aunque nuestras costumbres y hábitos nos impiden comer determinados alimentos 'rastreros' estas larvas de escarabajo son un preciado manjar para los pueblos orientales de Ecuador.
"Estos gusanitos deliciosos tienen muchas propiedades y sirven para curar toda clase de enfermedades. Sus vitaminas ayudan a luchar contra las afecciones de los pulmones, contra la gastritis y contra la artritis", asegura María Pino, propietaria de un pequeño puesto en el mercado de Archidona.
"Los chontacuros se pueden comer fritos, asados, crudos o como usted desee, depende de los gustos. Aunque lo mejor es comérselos crudos, acompañados de un refresco o de un jugo de fruta. Se les quita la piel y se come la grasita blanca de dentro", añade la simpática señora. Acto seguido María coge un gusano que se retuerce entre la corteza de chonta, el tipo de palmera en el que viven, se lo mete a la boca vivo y chupa el proteico alimento, quedándose con su gelatinosa piel en la mano. "Sabe a coco", dice.
Todos los estudios concluyen que los gusanos de la chonta tienen altos contenidos en proteínas. El alimento preferido de estos insectos es el chontaduro, conocido en la selva como el "huevo vegetal", un fruto cuyo valor ha incrementado tres veces su valor en los últimos años debido a la demanda.
De cada diez animales que hay en el planeta, ocho son insectos. La mayor riqueza de especies se ubica en las regiones cercanas a Ecuador y va disminuyendo conforme se acercan a los polos. Hay 1.462 especies de insectos considerados aptos para el consumo humano. Algunos son las cucarachas, las mariposas, los saltamontes, las hormigas, los grillos y las lombrices de tierra. El contenido proteico de un insecto, considerando su peso seco, es casi el doble que el de la carne. Un insecto puede tener hasta un 75% de proteínas, mientras que la carne vacuna contiene sólo el 43%.
Los insectos, tan consumidos en la selva amazónica, son además ricos en minerales, en magnesio, en hierro y en zinc, en vitaminas y en un importante aminoácido llamado lisina, que el organismo humano no puede sintetizar por si mismo. Tienen también ácidos grasos poli-insaturados, que se digieren muy bien y no hacen daño. Son fáciles de localizar, de recolectar y de almacenar y no hace falta refrigerarlos. Mientras están vivos generan sustancias antibióticas que los protegen, por lo que no pierden su valor nutritivo.
Ya en la Biblia se hablaba de lo buenos que son los insectos para comer. En Levítico 11:20-23, cuando Dios da instrucciones específicas sobre cómo se debe mantener la higiene en las comidas, habla de los insectos. Considera los saltamontes, las cigarras y los escarabajos buenos para la ingesta humana. En el Nuevo Testamento, Juan Bautista vive en el desierto alimentándose de saltamontes y de miel. Los antiguos griegos y romanos consumían cigarras y cícadas.
Pero no sólo de insectos viven la mujer y el hombre. En la selva ecuatoriana se alimentan además de tilapia, de carachama, de paiche y de piraña (cuatro tipos de pescado de agua dulce), de guanta y de cuy (dos roedores), de palmito, de churo, de tortuga, de mono, de loro, y de cerdo, gallina, pollo, vaca, animales traídos de Europa por los españoles.
La carne del roedor más grande del mundo, la guanta, es una especialidad de la región, asada. Otros platos tradicionales son la 'zarapa' (sopa de tortuga), la 'uchumanga' (una comida hecha con intestinos de animales silvestres), el 'cazave' (tortillas de yuca rallada) y el hígado de motelo (tortuga).
"Hay que tener en cuenta que muchos de estos animales están en peligro de extinción y que no se recomienda comerlos. Yo una vez probé el ceviche de tortuga. No sabía lo que era hasta que me lo dijeron. La verdad es que estaba muy bueno, pero me dio cosita y dejé de comerlo", comenta Patricio, uno de los tenientes políticos de la región del Napo, donde se ubica Tena. "Muchos de estos animales están en peligro de extinción, por lo que instamos a la gente a que cambie sus hábitos alimenticios", añade.
"Aunque los animales están desapareciendo rápidamente debido a la caza furtiva no es fácil que los habitantes de Tena modifiquen los hábitos alimenticios. Sus padres y sus abuelos comían productos de la selva, por lo que tienen las costumbres muy arraigadas. Esperemos que no pase como en Galápagos, donde de tanto comer tortuga casi han terminado con ellas", manifiesta Patricio, que asegura que hoy en día la mayoría de las personas comen pollo, cerdo o res. Y nada mejor para acompañar a los gusanos o al ceviche de tortuga que un buen vaso de chicha artesanal de yuca o de chonta, fermentada con la saliva de las mujeres indígenas de la comunidad.
Entre los puestos de alimentos, con su tejado de hoja de palmera, hay unas curiosas cajitas llenas de unos gusanos grandes blancos, del tamaño de un dedo. Son los chontacuros, mallón, o gusano de chonta, uno de los alimentos más característicos de la selva. Aunque nuestras costumbres y hábitos nos impiden comer determinados alimentos 'rastreros' estas larvas de escarabajo son un preciado manjar para los pueblos orientales de Ecuador.
"Estos gusanitos deliciosos tienen muchas propiedades y sirven para curar toda clase de enfermedades. Sus vitaminas ayudan a luchar contra las afecciones de los pulmones, contra la gastritis y contra la artritis", asegura María Pino, propietaria de un pequeño puesto en el mercado de Archidona.
"Los chontacuros se pueden comer fritos, asados, crudos o como usted desee, depende de los gustos. Aunque lo mejor es comérselos crudos, acompañados de un refresco o de un jugo de fruta. Se les quita la piel y se come la grasita blanca de dentro", añade la simpática señora. Acto seguido María coge un gusano que se retuerce entre la corteza de chonta, el tipo de palmera en el que viven, se lo mete a la boca vivo y chupa el proteico alimento, quedándose con su gelatinosa piel en la mano. "Sabe a coco", dice.
Todos los estudios concluyen que los gusanos de la chonta tienen altos contenidos en proteínas. El alimento preferido de estos insectos es el chontaduro, conocido en la selva como el "huevo vegetal", un fruto cuyo valor ha incrementado tres veces su valor en los últimos años debido a la demanda.
Los insectos, el alimento del futuro
Otros insectos que comen los habitantes del Tena son unos escarabajos pequeños llamados Cyclocephala blanca, acompañados de cerdo y vegetales. También se consumen las larvas de cícadas y de cerambícidos (grandes escarabajos con largas antenas), las hormigas limón que se comen vivas y las gigantescas hormigas "culonas" que se fríen antes de ser ingeridas.De cada diez animales que hay en el planeta, ocho son insectos. La mayor riqueza de especies se ubica en las regiones cercanas a Ecuador y va disminuyendo conforme se acercan a los polos. Hay 1.462 especies de insectos considerados aptos para el consumo humano. Algunos son las cucarachas, las mariposas, los saltamontes, las hormigas, los grillos y las lombrices de tierra. El contenido proteico de un insecto, considerando su peso seco, es casi el doble que el de la carne. Un insecto puede tener hasta un 75% de proteínas, mientras que la carne vacuna contiene sólo el 43%.
Los insectos, tan consumidos en la selva amazónica, son además ricos en minerales, en magnesio, en hierro y en zinc, en vitaminas y en un importante aminoácido llamado lisina, que el organismo humano no puede sintetizar por si mismo. Tienen también ácidos grasos poli-insaturados, que se digieren muy bien y no hacen daño. Son fáciles de localizar, de recolectar y de almacenar y no hace falta refrigerarlos. Mientras están vivos generan sustancias antibióticas que los protegen, por lo que no pierden su valor nutritivo.
Ya en la Biblia se hablaba de lo buenos que son los insectos para comer. En Levítico 11:20-23, cuando Dios da instrucciones específicas sobre cómo se debe mantener la higiene en las comidas, habla de los insectos. Considera los saltamontes, las cigarras y los escarabajos buenos para la ingesta humana. En el Nuevo Testamento, Juan Bautista vive en el desierto alimentándose de saltamontes y de miel. Los antiguos griegos y romanos consumían cigarras y cícadas.
Pero no sólo de insectos viven la mujer y el hombre. En la selva ecuatoriana se alimentan además de tilapia, de carachama, de paiche y de piraña (cuatro tipos de pescado de agua dulce), de guanta y de cuy (dos roedores), de palmito, de churo, de tortuga, de mono, de loro, y de cerdo, gallina, pollo, vaca, animales traídos de Europa por los españoles.
La carne del roedor más grande del mundo, la guanta, es una especialidad de la región, asada. Otros platos tradicionales son la 'zarapa' (sopa de tortuga), la 'uchumanga' (una comida hecha con intestinos de animales silvestres), el 'cazave' (tortillas de yuca rallada) y el hígado de motelo (tortuga).
"Hay que tener en cuenta que muchos de estos animales están en peligro de extinción y que no se recomienda comerlos. Yo una vez probé el ceviche de tortuga. No sabía lo que era hasta que me lo dijeron. La verdad es que estaba muy bueno, pero me dio cosita y dejé de comerlo", comenta Patricio, uno de los tenientes políticos de la región del Napo, donde se ubica Tena. "Muchos de estos animales están en peligro de extinción, por lo que instamos a la gente a que cambie sus hábitos alimenticios", añade.
"Aunque los animales están desapareciendo rápidamente debido a la caza furtiva no es fácil que los habitantes de Tena modifiquen los hábitos alimenticios. Sus padres y sus abuelos comían productos de la selva, por lo que tienen las costumbres muy arraigadas. Esperemos que no pase como en Galápagos, donde de tanto comer tortuga casi han terminado con ellas", manifiesta Patricio, que asegura que hoy en día la mayoría de las personas comen pollo, cerdo o res. Y nada mejor para acompañar a los gusanos o al ceviche de tortuga que un buen vaso de chicha artesanal de yuca o de chonta, fermentada con la saliva de las mujeres indígenas de la comunidad.
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